jueves, 21 de agosto de 2008

Injusto Destino

Fueron los nervios dijo en un momento un incompetente, que tiene como pensamiento esa mediocridad plasmada en sus actos, conformismo inerte que lo hace llegar al fondo de una serie de decepciones que van ligadas a su vida; dependiente de oportunidades, sabiendo que si no pudo hoy, verá si puede lograrlo mañana… que idiota, pensar de esa manera. Divulgando en una calzada su logro cercano, que de 500 correctas tuvo 499… nada más, esa unidad de fracaso que ahora lleva en su espalda, ¡¿qué es eso?! Lo deja marcado de por vida, pensando creer en que piensas bien, esa redundancia a la agonía, que lo acarrea, que lo ahoga en sus defectos, ese defecto invisible que al ponerlo en práctica es visible hasta para un ciego, el ciego que es el único que lo hace sentir bien.

El incompetente que piensa que lo puede todo, sin intentar aunque sea por única vez prepararse; prepararse para su peor fracaso o para el mejor fracaso…. Ud. Juzgará… y es que hasta su propia conciencia le desagrada, si, negra conciencia como dicen algunos, ese porcentaje de gente que vive en el pasado, creyendo que las cosas siguen igual, injusticia aquí y allá, sin saber que ellos juzgan su propia justicia, ellos se la dan, se la reparten, se la plasman en su piel.
Y solo se lamenta este pequeño incompetente, luego de la derrota, del fracaso, de la decepción, y se refugia en sus excusas, justificaciones, echándole la culpa al destino… ¡Injusto destino!
*Pues me estreno con este pensamiento que trata sobre las veces que nos sentimos los "superpoderosos", donde nos hace falta esa pizca de humildad y el aceptar que no nacimos sabiendo todo. Asi como tambien, habla sobre la justicia que es un condimento de nuestra vida, donde a veces nos favorece y en otras ocaciones no.
Quiero decirles que todo lo que escribo son cosas que pienso y analizo, las situaciones que eh vivido, de las que muchas me arrepiento y que de otras me siento feliz. Asi que, espero que les guste mi debut y que se sientan identificados con lo que escribo.
Muchas gracias,
Luis Corado

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