viernes, 22 de agosto de 2008

Enfermo

Dices que estoy enfermo... si, enfermo estoy de esta pobreza de sentimientos, que me acorralan en el fondo de mis decepciones, mente enferma, llena de fantasías inalcanzables y sufrimientos interminables, ese prefijo que no termina nunca, que me alcanza, me mata, me aniquila... Si tan solo pudiese llorar lágrimas amargas llenas de desilusiones, cargarían lo poco que me queda de suerte, de vida.

Esa enfermedad que lastima, que hiere, que te avienta al abismo, ese abismo oscuro donde las almas no te dejan respirar, no te dejan hacer, te impiden moverte, esas almas llamadas incompetencia, humillación, odio... maldito odio. En este mundo lleno de prejuicios sin importancias, esa superficie humana llena de mentiras, que me enferman.

Para que vengas tú a relucir mi enfermedad, esa enfermedad de la que tienes razón, harto de vivir y ser azotado por mentiras y engaños, la poca suerte de seguir vivo, y con la Fe de que esto va a cambiar... a bien. Y termino solo, sabiendo que no puedes confiar en la persona que piensas, soñando, pensando y comiendo de los restos de las cosas buenas regadas en este cuarto, pero consciente de que estoy... enfermo.
*A veces, las situaciones de la vida nos entristecen a tal punto que nos sentimos agobiados y contra la pared. Y nos duele más, si alguien tan cercano a ti, del quien menos te lo esperas, te hiera con sus palabras. Más sin embargo contamos con la fuerza de esa fe que tanto te caracteriza a tí... si, tu que estas leyendo esta explicación. Date cuenta que no estas solo (a), siempre hay alguien a tu derecha o a tu izquierda, solo es cuestión de abrir los ojos. Ten confianza en ti, dejame decirte que vales mucho. Mis mejores deseos, nos encontramos pronto.
Muchas gracias,
Luis Corado

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